Tiempo de lectura: 2 Minutos

El reciclaje de plástico proveniente de la construcción, que representa el 58% del PVC fabricado en el mundo, no se recicla adecuadamente. La falta de procesos y la bajísima rentabilidad son la causa

Un estudio realizado por la Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficie (AEA) revela la falta de efectividad en el reciclaje de plástico en la construcción.

La causa principal de este hallazgo son las limitaciones de recursos y rentabilidad, que hacen poco atractivo el reciclaje de plástico.

A nivel mundial, el 58% del PVC se destina al sector de la construcción. Esto genera una cantidad significativa de residuos, tanto de postconsumo como de procesos de instalación.

Sin embargo, la mayoría de los procesos de reciclaje de plástico desarrollados hasta ahora se centran en plásticos de un solo uso, lo que conduce a la baja calidad del reciclado de PVC.

El estudio examina la circularidad real de los materiales de PVC y aluminio en los productos de perfilería para carpinterías.

Según el análisis del ciclo de vida del material, desde su clasificación como residuo de postconsumo hasta su transformación en nuevo producto, se revela una serie de desafíos en el reciclaje de plástico en comparación con el aluminio.

El PVC, utilizado en tubos, canalizaciones, perfiles extruidos y láminas para cielorrasos, genera residuos en demoliciones y rehabilitaciones.

En la mayoría de los casos estos residuos terminan en vertederos inertes debido a la dificultad de clasificación económica.

 A diferencia del PVC, el aluminio utilizado en la construcción se recicla en más del 90%, manteniendo sus propiedades sin pérdida de calidad.

Esto hace que se presente una clara disparidad en la gestión de residuos entre ambos materiales.

El estudio también señala la necesidad de una subdivisión en la clasificación de grupos de residuos extensos y complejos, especialmente en el caso de los plásticos.

Además, destaca la falta de vigilancia y seguimiento efectivo por parte de la administración pública.

Hace así evidente la falta de concienciación y formación para la segregación de residuos en obras de demolición y rehabilitación.

En conclusión, el aluminio se posiciona como un material más ventajoso desde el punto de vista de la circularidad y reciclabilidad en la construcción.

Se presenta como una opción más alineada con los objetivos de una economía circular real.

Mientras persistan las condiciones actuales, el aluminio seguirá siendo una elección más favorable que otras alternativas en obras de construcción y rehabilitación.