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Inicio » Materiales » ¿Cómo prevenir y tratar humedades en paredes exteriores? 5 respuestas a las más frecuentes inquietudes

Uno de los retos más frecuentes que debe enfrentar un constructor es hallar la forma definitiva de cómo arreglar la humedad en las paredes. Este usual problema trae graves consecuencias, no solo en la estructura de la edificación, sino en la salud de quienes permanecen o habitan en estos espacios.

Muchos constructores buscan respuestas para resolver una inquietud muy común: ¿cómo arreglar la humedad en paredes exteriores y fachadas?

Bien sea en casas unifamiliares o en edificios, esta situación afecta no solo la estética de la construcción sino el bienestar y la salud de quienes habitan o permanecen buena parte de su tiempo en el interior de estos inmuebles.

Los problemas respiratorios son frecuentes en ambientes en donde hay presencia de humedad, ya que generalmente trae consigo el crecimiento de hongos y bacterias.

Además se generan enfermedades como asma, alergias, rinitis, ojos llorosos, entre otros padecimientos.

También es frecuente ver sus efectos en mobiliario, ropa y calidad del aire (con frecuencia se siente el olor a moho en el ambiente).

La humedad se define como la cantidad de agua o vapor de agua que se encuentra en el exterior o interior de las edificaciones.

Se manifiesta como manchas oscuras, moho o verdín, que afectan el yeso, la pintura y los acabados de muros y techos.

¿Por qué se produce la humedad en las paredes?

Hay 3 factores principales que la generan: filtración, capilaridad y condensación. Es fundamental, antes de realizar cualquier arreglo o tratamiento, determinar la causa.

Al tener claras las causas, las soluciones serán más efectivas y duraderas, ya que se atacará el problema desde su raíz. Las principales son:

Humedad por filtración: es la que se produce por el ingreso de agua, generalmente de la lluvia, por huecos, grietas, juntas en mal estado o porosidad en la estructura de los muros.

Los muros tienen una importante capacidad de absorber agua, sobre todo en aquellos que no han sido sometidos desde su construcción a procesos eficaces de impermeabilización o no tienen un aislamiento adecuado.

La presión hidrostática hace que el agua penetre al interior de las porosidades de los muros, facilitando la generación de vapor de agua.

Esto hace que las paredes se “descascaren” y aparezcan las mencionadas manchas.

Así mismo, el paso de los años hace que los materiales con los que se construyó la fachada se deterioren, por lo que es importante hacer un mantenimiento en las juntas entre ladrillos, juntas de dilatación, canalones, bajantes, esquinas, ángulos, etc.

Humedad por capilaridad: es la que más molestias causa, ya que su aparición no depende de las condiciones climáticas, sino del proceso natural de humedad del suelo, haciendo que sea un problema continuo en el tiempo.

Los terrenos con exceso de humedad transfieren agua a los materiales que lo rodean, como los cimientos de las construcciones o los muros que la forman.

Con el tiempo esta humedad transferida aparece en la parte interior y exterior de las paredes.

Esta humedad puede alcanzar hasta 150 centímetros de altura, ya que los materiales usados en la construcción, cuando entran en contacto con suelos húmedos, conducen muy bien el agua subterránea.

Humedad por condensación: se produce en el interior de los espacios debido al exceso de humedad en el ambiente cuando el agua pasa de estado de vapor a líquido.

Se presenta generalmente en baños, duchas, sitios de planchado y cocinas. Las manchas surgen cuando la humedad del ambiente entra en contacto con el aire frío interior, apareciendo en paredes, pisos, cielorrasos y marcos de ventanería.

En este artículo nos ocuparemos de los dos primeros tipos, ya que son los relacionados con la humedad que se produce en exteriores y fachadas.

¿Qué consecuencias trae la humedad a las edificaciones?

La humedad puede traer graves consecuencias para la estructura, que afectarán en el mediano y largo plazo su habitabilidad, salubridad y seguridad.

Cuando este problema se presenta en muros de carga, pilares o vigas, estos pueden perder hasta un 50% de su capacidad de carga, ya que los materiales que lo conforman se debilitan por el agua, lo que, de no corregirse, puede llevar incluso a un derrumbamiento.

Hemos mencionado anteriormente la estética de la obra como una de las partes más afectadas.

Adicionalmente puede haber aumentos en el consumo energético, ya que la humedad en climas fríos puede bajar la temperatura interior de las casas, por lo que el gasto en aparatos de calefacción puede incrementarse.

Así mismo la humedad puede llevar a desprendimientos parciales del revestimiento superficial de la pared o techo (mortero, pintura).

¿Cómo solucionar la humedad de fachadas y paredes exteriores?

El primer paso para encontrar cómo arreglar la humedad en las paredes es determinar su causa para así optar por la solución más adecuada.

Vale la pena tener claro que tratar problemas de humedad va mas allá de las reparaciones domésticas. Para garantizar los resultados se debe contratar a un profesional.

Reparar una humedad simplemente limpiando las manchas y aplicando impermeabilizantes sin solucionar el problema de fondo no traerá sino pérdidas de tiempo y dinero.

Si la causa no se arregla el problema volverá a aparecer en un futuro próximo. Dependiendo de los factores que están generando la humedad se determinará la magnitud, requerimientos y costos de la solución.

Para empezar se debe revisar cuidadosamente el estado de la estructura y los materiales. Las juntas entre ladrillos o piedra y la integridad del revoco (que no debe desprenderse).

Adicionalmente se debe revisar ángulos y esquinas buscando la presencia de grietas. Las juntas de dilatación deben estar protegidas por una masilla selladora.

De la misma manera revisar canaletas y bajantes buscando atascos por residuos o fugas por las uniones, así como los marcos de puertas y ventanas en busca de dilataciones o fisuras.

¿Qué hacer ante la humedad por filtración?

Si estamos ante una obra nueva, lo más importante es utilizar morteros y revocos con materiales impermeabilizantes adecuados al clima que deberá soportar la construcción.

En ocasiones los materiales deben cumplir requisitos especiales que elevan su costo frente a los convencionales.

Cuando se va a estucar una pared, debemos verificar que el tipo de estuco que utilicemos sea resistente a la humedad y a las condiciones del clima.

Sin embargo, estos mayores costos en calidad siempre traen ahorros de dinero en el mediano y largo plazo.

Es importante tener en cuenta si la construcción va a sufrir cambios importantes de temperatura entre el día y la noche (la dilatación y posterior contracción generará fisuras) o si recibirá directamente el azote del agua lluvia.

Si es una construcción terminada, en las grietas y fisuras se usan impermeabilizantes, que se aplican en toda la fachada. Dependiendo de la marca utilizada esta solución puede durar entre 5 y 10 años.

Es importante el uso de morteros de saneamiento hidrófugo, que confieren un muy buen grado de impermeabilización frente al agua lluvia y dejan respirar el muro.

Otros tipos de mortero que pueden ser útiles son los de impermeabilizante flexible, ideales para estructuras que presenten grietas y fisuras por dilataciones o movimientos.

El mortero con impermeabilizante reforzado es útil en paredes expuestas a la lluvia y al viento.

Si el problema está en las juntas de dilatación, es importante la aplicación de masillas con polímeros de alta resistencia a la intemperie y al cuarteamiento.

El secado es fundamental antes de la aplicación de la pintura (mínimo 48 horas).

Si la filtración de agua es debida a materiales porosos, es fundamental limpiar la superficie con una hidro limpiadora y esperar mínimo 3 días para un completo secado.

Deben repararse las juntas para posteriormente aplicar el mortero (el hidrofugante).

Finalmente se sugiere aplicar pinturas impermeabilizantes.

¿Y si la humedad es por capilaridad?

Este tipo de humedad es la más complicada de manejar, ya que su origen está en el suelo.

Como parte de un proceso natural, el agua y las sales propias del terreno ascienden a través de los poros de los materiales usados en la construcción de los muros.

Cuando hay exceso de humedad en el terreno, los cimientos absorben parte de ella y se traspasa a los muros.

Esto genera las afectaciones de las que ya hemos hablado, tanto en la parte exterior como interior de la estructura.

Cómo arreglar la humedad en paredes cuando la causa son filtraciones es bastante más complicado.

El primer paso es revisar y reconstruir las capas aisladoras, lo que implica en ocasiones demoler parte de los muros afectados.

Para garantizar una solución definitiva la demolición debe hacerse entre 15 y 20 cms por encima del nivel del suelo.

Luego se reemplaza esta parte por hiladas de ladrillo con una mezcla hidrófuga (impermeable) y membranas plásticas o asfálticas.

Esto constituirá una barrera de protección que impide el ascenso de humedad por los muros.

Otra posibilidad está en la inyección de resinas, menos invasiva que la solución anterior. Se hacen 2 filas horizontales de perforaciones de 15 mm de diámetro en la parte inferior del muro.

Luego estas perforaciones se rellenan con resina siliconada, que penetra por los poros y capilares del muro.

Al entrar en contacto con la humedad del muro se crea un polímero que actúa como una barrera aisladora horizontal, impidiendo el ascenso de la humedad.

Esperamos que estos consejos te orienten de forma efectiva sobre cómo arreglar la humedad en las paredes exteriores de tus construcciones.

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