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En los últimos años, las construcciones livianas han ganado terreno en Centroamérica como una alternativa innovadora y eficiente para satisfacer las demandas de infraestructura en la región.

Las construcciones livianas son una tendencia en crecimiento en la mayoría de los países de Centroamérica.

Este sistema, se caracteriza por el uso de materiales ligeros y técnicas constructivas modernas. Por ello ofrece numerosos beneficios en términos de rapidez de construcción, costo y sostenibilidad arquitectónica.

En comparación con los métodos tradicionales, que implican el uso de ladrillos, cemento y acero, las construcciones livianas se basan en sistemas prefabricados y estructuras modulares.

Diferentes encuestas, realizadas a maestros de obra de la región, muestran una mayor preferencia frente a sistemas tradicionales.

Cerca del 74% de 400 maestros entrevistados en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá concuerdan en que la tendencia es creciente.

El aumento de la construcción vertical aumenta las preferencias por sistemas livianos.

En la mayoría de los países de la región la demanda de espacio crece de manera constante. La limitación para desarrollar construcción horizontal es evidente.

Debido a esta situación ha aumentado el interés por la construcción vertical, principalmente para suplir las necesidades de apartamentos y oficinas en las ciudades.

El mejor uso de los espacios unido a la necesidad de agilizar el proceso de construcción son las principales razones detrás del creciente interés en las construcciones livianas en Centroamérica.

Quienes ya han comenzado a utilizar este sistema evidencian ahorros en tiempo de construcción que van entre un 30 y 40%.

Además de la rapidez, las construcciones livianas ofrecen una ventaja económica. Los materiales utilizados, como paneles de yeso, estructuras de acero liviano y sistemas de aislamiento térmico, son más asequibles que los materiales tradicionales.

Además, la prefabricación permite una gestión más eficiente de los recursos y la reducción de los desperdicios de materiales durante la construcción.

Si bien las construcciones livianas pueden usarse para el desarrollo de estructuras de 1 o 2 pisos, se usan como divisiones internas en edificios.

La fácil instalación y la posibilidad de ser removidas fácilmente para remodelaciones la hacen un sistema ideal en la construcción vertical.

Las construcciones livianas ofrecen seguridad en zonas con mayor actividad sísmica.

Costa Rica y Panamá se caracterizan por ser regiones con actividad sísmica importante. Además, Costa Rica es una región propensa a deslizamientos e inundaciones.

La experiencia en países como Japón, Estados Unidos y Nueva Zelanda motivan la adopción de este sistema de construcción.

Al ser un sistema más seguro, cuyos tiempos y costos de construcción son notablemente menores, lo hacen ideal para zonas de alto riesgo.

Además de usar materiales menos pesados que los del sistema tradicional, como bloque, arena y cemento, este sistema tiene un mejor rendimiento ante eventos sísmicos.

La explicación a lo anterior es simple: un sistema rígido y fuerte se rompe con mayor facilidad estos eventos. Un sistema liviano se mueve más, pero su desempeño es mejor.

En Panamá existe un Reglamento para el Diseño Estructural desde el año 2004, que es de obligatorio cumplimiento.

Este obliga a los constructores a considerar medidas en el diseño de sus obras que garanticen la protección de la vida humana.

Es aquí donde las construcciones livianas son una mejor opción, principalmente en un país que va mucho más adelantado en construcción vertical que los demás en la región.

Estos sistemas llegan a pesar un 75% menos que un sistema tradicional. Es por ello que se espera de ellos un mejor comportamiento en situaciones extremas.

La sostenibilidad es un factor fundamental en la construcción actual.

La sostenibilidad también es un aspecto fundamental de las construcciones livianas en Centroamérica.

Estas construcciones utilizan materiales y técnicas que minimizan el impacto ambiental y promueven la eficiencia energética.

Los paneles de yeso, por ejemplo, son reciclables y tienen un menor impacto ambiental en comparación con los ladrillos.

Además, los sistemas de aislamiento térmico y los diseños que fomentan la ventilación natural contribuyen a una mayor eficiencia energética.

Esto resulta en un menor consumo de energía y en una reducción de la huella de carbono de los edificios.

En un momento en que la sostenibilidad se ha convertido en una preocupación global, las construcciones livianas ofrecen una alternativa más amigable con el medio ambiente para las ciudades en desarrollo.

Las construcciones livianas ofrecen mayor versatilidad.

Las construcciones que utilizan este sistema se adaptan fácilmente a diferentes necesidades y usos, desde viviendas individuales hasta edificios comerciales e institucionales.

La flexibilidad en el diseño y la construcción permite una mayor personalización y adaptabilidad a los requisitos específicos de cada proyecto.

Además, las estructuras modulares facilitan la expansión y remodelación en el futuro, lo que es especialmente valioso en un entorno donde las necesidades de infraestructura están en constante evolución.

A medida que las construcciones livianas ganan terreno en Centroamérica, también se han impulsado iniciativas y programas para promover su adopción.

Los gobiernos y las instituciones están fomentando el uso de materiales y técnicas livianas a través de incentivos y regulaciones que priorizan la eficiencia energética y la sostenibilidad.

Asimismo, se están llevando a cabo capacitaciones y programas de educación para profesionales de la construcción, a fin de promover el conocimiento y el uso adecuado de estas técnicas constructivas.

Es un sistema que crece, pero no a todos los convence.

A pesar de los beneficios del sistema, en países como Panamá aún hay quienes se resisten a este tipo de construcción.

Algunos arquitectos de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA) señalan que todavía el panameño es muy apegado a la construcción tradicional.

La razón principal es la percepción de poca durabilidad de los materiales livianos. Sin embargo, este tipo de construcción tiene una duración mayor a 40 años.

Pero es una situación que viene poco a poco cambiando. Hace 20 años el 90% de los panameños preferían la construcción tradicional.

Hoy la percepción es muy diferente y la preferencia por este sistema va en aumento entre quienes demandan vivienda y oficinas nuevas.

Es fundamental garantizar la calidad de los materiales y la mano de obra, así como establecer estándares de construcción adecuados para garantizar la seguridad y durabilidad de las estructuras

La educación y la divulgación desempeñarán un papel crucial para superar estas barreras y promover la adopción generalizada de las construcciones livianas en la región.

Supermastick es parte fundamental del crecimiento de las construcciones livianas en Centroamérica.

Nuestros productos hacen presencia en Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, Belice y Puerto Rico en donde su calidad contribuye al desarrollo arquitectónico de la región.